Como Cuidadora de Alzheimer, he pasado por momentos de reflexión ante los cambios que provoca el Alzheimer en nuestro familiar y en nuestro trabajo.
En la fase en la que ahora se encuentra mi madre, la rigidez de sus brazos no permite vestirla bien. Toda la fuerza que su cuerpo ya no tiene, se concentra en sus brazos y en sus manos. Cada 2 días tengo que cortarle o limarle las uñas para que éstas no se claven en la palma de su mano y desde hace unas semanas duerme con guantes de algodón, como los bebés, para que sus dedos se relajen y no se auto lesione.
He empezado a ser creativa con la costura, y sus camisas, vestidos y camisetas las estoy adaptando a la nueva situación, es decir, en vez de estar abiertas por delante, estarán abiertas por detrás, así será más fácil el trabajo de vestirla y desnudarla y ella estará más relajada.