Como cuidadora de Alzheimer, y desde mi experiencia, cuando nuestro familiar Alzheimer empieza a sufrir momentos de inestabilidad debido a la velocidad incontrolada de sus piernas, es cuando nosotros como cuidadores tenemos que ir pensando y definiendo la silla, que será nuestra ayuda técnica y que facilitara a nuestro familiar el sentirse apoyado por nosotros.
Con esta medida, controlaremos las posibles caidas con resultados inesperados y fatídicos, que provocarían cambios muy bruscos en nuestro familiar, incluso hospitalización por rotura.
Según va avanzando la inmovilidad, tenemos que ir adaptando la silla con accesorios:
- El primero y más importante desde el principio es el cojin antiescaras
- Si nuestro familiar se altera con facilidad, las ruedas antivuelco las tenemos que instalar en la silla desde el principio.
- Protección para los brazos.
- Si va en ruta al Centro de Día o se desplaza en automovil, es importante un cinturón de seguridad para la silla, a parte del propio del automovil.
- Alzador para los pies, y si tiende a echar las piernas para atrás, tambien una protección para evitar daños en las piernas.
Siguiendo estas pautas, tanto nuestro familiar, como nosotros los cuidadores de Alzheimer nos adaptaremos enseguida a este nuevo "Habitat", que permanecerá siempre con nosotros haciendonos un gran servicio.
Sin duda la silla de ruedas siempre será una gran ayuda, mas en este caso. Es de ese mobiliario hospitalario indispensable,
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