Intentaremos estar atentos fijándonos en si el estado de ánimo o las conductas de nuestro familiar cambian en función del entorno donde nos encontremos:
- Iluminación: la luz puede crear ansiedad y agitación, según su potencia, aunque en mi caso una luz muy tenue nos ha estado acompañando todas las noches en la habitación para evitar la desorientación si se despierta.
- Ruidos: Dificulta la comunicación y también crean ansiedad. Ruidos que para nosotros creemos que son normales para nuestro familiar pueden resultar excesivos.
- Distracciones: Cuando nos comunicamos con ellos es necesario asegurarnos que no existen conversaciones paralelas en un mismo espacio.
- Mobiliario: prestaremos atención a su comodidad comprobándolo por nosotros mismos. Yo probé la grúa antes de usarla y por eso decidí que había que poner unas protecciones.
- Objetos y decoración: Eliminemos objetos que nos puedan entorpecer o veamos agitación por su parte. En mi caso tapé el espejo del baño con unas láminas que le gustaban para evitar que cada vez que entrabamos ella no se reconociera y lo pasara mal.